El cuerpo y la mente están interconectados.

Seguro que te has dado cuenta de como cuando no te sientes bien a nivel emocional, y experimentas estrés, ansiedad, tristeza… se refleja en el cuerpo…en la postura corporal y en señales somáticas (palpitaciones, tensión muscular, dolor de estómago…)

Las emociones nos impactan y nos envían señales. Esas señales nos informan de que el cuerpo se ha puesto en marcha para responder y poder adaptarnos a lo que sucede a nuestro alrededor.
Pero no es una vía de una única dirección, nuestro cuerpo también le da información a nuestra mente.

Existen estudios que demuestran como un pequeño cambio en la postura corporal o incluso en la expresión facial, estimula la amígdala (que es el centro emocional del cerebro), liberando neurotransmisores que influían en el estado emocional de la persona. Por ejemplo, solo con sonreír levemente, o colocarnos en una postura abierta ya se producían estos cambios.

¿Por qué no hacer de nuestro cuerpo un aliado para influir positivamente en nuestra mente?

• Préstale más atención.

Para y sé consciente de lo que sucede en tu cuerpo, qué siente y dónde lo sientes. Pero es importante que sea desde una actitud de curiosidad y aceptación, ya que podrás encontrar sensaciones positivas, neutras, pero también negativas o incómodas. En este caso, la tendencia de nuestra mente es a luchar, a intentar evitar eso…

Simplemente obsérvalo intentando no seguir esa tendencia. Si aprendemos a prestar atención a esas señales desde esa actitud, estaremos dando un paso de gigante a la hora de aprender a gestionar nuestras emociones. Una técnica que nos puede ayudar a eso es hacer la práctica de mindfulness del body scan.

• Cuida tu posición corporal.

Aunque tu estado de ánimo sea negativo y tu cuerpo tienda a una posición cerrada, pon una postura más abierta, más erguida, mira a tu alrededor

• Sonríe. Al sonreír liberamos neurotransmisores como la endorfina, la dopamina y serotonina, las “hormonas de la felicidad”. Basta con una pequeña sonrisa…
• Abraza. Los abrazos nos conectan con los demás. También tiene un impacto a nivel hormonal, se disminuye la producción de cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés y se produce oxitocina, que nos conecta con los demás y favorece la relajación y el bienestar mental. También libera las hormonas de la felicidad.

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